Cadena 8 Noticias / Opinión
Se imita mucho más de lo que se inventa, y, al inventar, es más lo que se imita que lo que se inventa. El más grande de los ingenios que honra a la humanidad, debe mucho más a sus precursores que a su propio ingenio. Un Newton, un Einstein, Un Descartes están contenidos en sus predecesores, y parecen desarrollar, explícitamente, lo implícito en ellos.
El cartesianismo está, en su principio fundamental, dentro de las disputas de san Agustín contra los escépticos de su tiempo […] México no ha sido un pueblo inventor.
Nos referimos, claro está, a la nación mexicana derivada de España y la cultura autóctona; porque, esta última, lejos de significar poco en la evolución social del mundo, es, con la cultura incaica, una de las pocas elaboraciones originales de todos los tiempos.
Bartra, R. (2013). Anatomía del Mexicano. DEBOLSILLO pp.58-59
Hoy vivimos uno de los grande logros de la cuarta transformación en la vida política y jurídica del país. En 1841, Manuel Crescencio Rejón, jurista yucateco diseñó una figura de protección individual frente a los actos de autoridad; estas fueron las bases que inspiraron las actas de reforma en 1847, previo a la constitución liberal de 1857. Al día de hoy, lo conocemos como un juicio de amparo: creación intelectual mexicana.
Este juicio de amparo nacido en México como un mecanismo de defensa de los derechos fundamentales frente a actos de autoridad, se considera una de las contribuciones jurídicas más influyentes de México al derecho comparado. Gracias a estos avances jurídicos, se adoptaron en Latinoamérica, figuras análogas en países como El Salvador en 1886, Honduras en 1894, Guatemala en 1921, Nicaragua en 1939, Costa Rica en 1949, Perú en 1979, Argentina en 1957, Brasil en 1988. Europa: España en 1978 y Alemania.
El modelo mexicano sirvió como referencia y guía para construir un sistema jurídico más justo en el mundo. Aún así, con éste antecedente de éxito en su momento, existieron ayer como hoy, remoras del conservadurismo que en aquel tiempo defendían a rajatabla el centralismo del poder, la monarquía, el órden colonial, el predominio del clero y el ejército como Lucas Alamán, Anastasio Bustamante y Félix Zuloaga, oponiéndose a las reformas y propuestas liberales que otorgaban al pueblo de México mecanismos de control judicial contra actos de autoridad.
Detractores que a la luz de la historia fungieron como traidores a la patria, defendiendo privilegios mezquinos de entonces. La oposición, ayer, como hoy.
El día de 1 de junio de 2025 concluyó la transformación al poder judicial que propuso nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien ha puesto nuevamente a México como un país que puede y se atreve a inventar, innovar a través de mecanismos de participacíon ciudadana, revolucionando nuestro sistema jurídico, -desde luego perfectible-, en sus procesos no sólo jurídicos e impartición de justicia, sino en la selección de sus actores; jueces electos que rendirán cuentas de cara al pueblo de México.
Hace tiempo, nuestro país no percibía la justicia cotidiana en su vida diaria: acercarse a un tribunal, conocer los distritos judiciales, las funciones de un juzgado de distrito o de un magistrado, o los conceptos como tribunal de alzada, y la importacia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, eran conceptos tan lejanos al pueblo.
Pero hoy, el pueblo se pregunta, se cuestiona, se debate, se inspira, se transpira, se politiza, se concientiza, se transforma, se fortalece. Hoy la justicia es canasta básica, porque no son intocables más a la máxima de: “el pueblo pone, el pueblo quita”.
Antes, los mismos juzgadores encargados de impartir justicia no eran más que sólidos burócratas enquistados en redes familiares, enclaustrados en opulentas oficinas que desafiaban la ciega justicia con privilegios aberrantes a los ojos del pueblo de México.
Hoy, el espiritu de a libertad que gobernó los ideales de Manuel Cresencio y Mariano Otero, son retomados por la mejor Presidenta del mundo: Claudia Sheinbaum Pardo.
Son nuevos tiempos.
Cuando los mexicanos decidimos transformación, lo conjugamos en verbo y valor, en la primera presidenta, en la nueva escuela mexicana, en “primero los pobres”, en el nuevo poder judicial, en conectar a nuestro país, en dignificar la soberanía de nuestra patria, en encontrar nuestro propósito como nación independiente.
Este, es el nuevo México, que reformó no solo el sistema político, sino que le dio un propósito al sistema político mexicano.
* Ricardo Gómez Escalante / Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Estatal Morena Guanajuato
Mtro. Manuel Delgado
Director General / Cadena 8 Noticias