In Memoriam
Están en algún sitio
Concertados, desconcertados, sordos
Buscándose, buscándonos
Bloqueados por los signos y las dudas
Contemplando las verjas de las plazas
Los timbres de las puertas
Las viejas azoteas
Ordenando sus sueños, sus olvidos
Quizá convalecientes de su muerte privada
Nadie les ha explicado con certeza
Si ya se fueron o si no
Si son pancartas o temblores
Sobrevivientes o responsos
Ven pasar árboles y pájaros
E ignoran a qué sombra pertenecen
Cuando empezaron a desaparecer
Hace tres, cinco, siete ceremonias
A desaparecer como sin sangre
Como sin rostro y sin motivo
Vieron por la ventana de su ausencia
Lo que quedaba atrás
Ese andamiaje de abrazos, cielo y humo
Cuando empezaron a desaparecer
Como el oasis en los espejismos
A desaparecer sin últimas palabras
Tenían en sus manos
Los trocitos de cosas que querían
Están en algún sitio
Nube o tumba
Están en algún sitio
Estoy seguro
Allá, en el sur del alma
Es posible que hayan extraviado la brújula
Y hoy vaguen
Preguntando, preguntando
Dónde carajo queda el buen amor
Porque vienen del odio
DESAPARECIDOS. MARIO BENEDETTI
* Ricardo Gómez Escalante / Secretario de Organización Comité Ejecutivo Estatal de Morena y Analista Político
¿Cómo acabamos aquí? Ya te encontraron Juan; Descansa en paz.
Hay dolores que no se explican con cifras, sino con ausencias. Una silla vacía en la
mesa, una llamada que no llegará, una fotografía que se mira todos los días con la
esperanza intacta. En muchos hogares de Guanajuato se vive esto, que duele más
que cualquier palabra: el silencio de quines no están.
Las desapariciones no solo arrancan vidas, también interrumpen el tiempo. Dejan
suspendidos los días y noches en una espera interminable. Las madres, los padres,
los hijos y los hermanos de las personas desaparecidas viven una mezcla de fe y
desesperanza que solo quien lo ha sentido puede comprender.
Y, sin embargo. En medio de ese dolor, ocurre algo profundamente humano: la
capacidad de amar incluso en la incertidumbre.
Hoy, las madres buscadoras son ejemplo de una fortaleza que nace del amor. Ellas
no se rinden, no se quiebran. Existe una sublevación de resistencia que las
mantiene en pie ante la tragedia; porque salen a buscar pero también a sostener.
Nuestro estandarte con la virgen de la santa fe, debe hoy cargar en mano no una
cruz sino una varilla “T”, símbolo de las madres buscadoras. Una varilla en forma
de ”T”, que penetran en lo profundo de la tierra para al sacarla, oler la punta, para
cerciorarse si “huele a muerte”, que en ese momento significa esperanza. Un
hallazgo esperado.
Hoy la coincidencia de ser guanajuatense es dolorosa, es real: todos tenemos un
fmailiar, conocido o vecino al que desparecieron, que ya no volvió. Ese sentimiento
de no saber a dónde no ir y no estar; de no contar con la terrible incertidumbre de
quedar en medio de un fuego cruzado en cuaquier avenida de nuestra ciudad.
Pero ante la tragedia, la esperanza; ante el odio: el perdón. Lo que haya sido, elijo
perdonar.
Hoy en Guanajuato, es menester enfrentarnos al escenario del perdón, donde casi
parece imposible ¿cómo perdonar lo imperdonable? Y no un perdón que exonera,
no un perdón que olvida ni justifica. Un perdón que libere, que rompa los malditos
ciclos de odio, venganza y miedo; un perdón que deje entrar paz en donde antes
sólo había rencor.
¿Cómo acabamos aquí? Me pregunto absorto, y la políticas públicas, la política, no
me alcanza el análisis para entender; perdone usted lector; no puedo. Tengo un
serio conflicto de interés y renuncio -al menos hoy- a dar cifras y datos duros del
tema; pero los duros no son los datos. Son los retratos que nos tomamos, las
convivencias a las que hoy renunciamos voluntariamente, porque te nos
arrebataron, te nos quitaron del camino a la panadería para darte un fuerte abrazo
e invitarte a un cumpleaños;
¿qué le vamos hacer, si aquí nos tocó vivir? Diría Carlos Fuentes, y quiero explicarle
a los míos porque ya no está, porque se nos fue, o lo “fueron”. Porque hoy es
recuerdo y no tío.
Pinche México, cómo dueles. Pinches ganas, pinches días, pinche fiscal de un
pinche estado, de un pinche estado pinche ¡pinche impunidad!
Ya te encontraron Juan, ya no vas hacer pan. Gracias por los buenos momentos,
gracias por los cumpleaños y tus pasteles, gracias por el arte de tus manos que
hacian de la harina y el trigo pan para los tuyos y los nuestros.
Ya te encontramos Juan, no sé qué pasó ni cómo sucedió; ya no importa el por qué
o para qué, ya no ¡qué importa! Porque en este estado se puede ser bombera,
policía, gobernadora o madre, hermana, o hija “buscadora”. Mira que opciones nos
dió el destino en este pedazo de tierra que le dió nación e independencia a este
país. Sigan discutiendo allá las estretaegias en paseo de la presa, en palacio, en la
gran chinanmpa; aquí los esperamos, aunque cada vez, quedamos menos.
Pero no importa; porque tan solo ese espacio entre este festejo amargo de
encontrarte y no poder contártelo con alegría, sino con epitafios, te quiero decir, que
somos y estamos irrenunciables a que un día no muy lejano, podamos salir de la
mano con nuestras familias a las calles en Guanajuato, en cada rincón de este
estado, donde tomaremos los parques y empujaremos de la espalda a los nuestros
arriba de columpios y de la mano en resbaladillas para atacarnos a carcajadas y
solo al mirar un cielo lejano de octubre, quede en vago recuerdo, que un día hubo
días soledados tan oscuros, que nos borraron con sangre de verdad a muchos, pero
que pronto dejará de ser una realidad para ser un sucio y vago recuerdo.
“Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá».
Juan 11:25
Columna en memoria de Juan


Mtro. Manuel Delgado / Director de Cadena 8 Noticias
Es abogado y periodista con 39 años de trayectoria en medios de comunicación tradicionales y alternativos. Es actualmente, presidente del colectivo, Periodistas y Comunicadores del Estado de Guanajuato A.C.









