Gran equívoco aseverar que Salvador Almaraz sea «El último eslabón del Muralismo»

Irapuato, Gto. 12 de febrero de 2022. Salvador Almaraz no es “El último eslabón del Muralismo”. Ni periodísticamente (periodistas formales) ni de ninguna otra manera puede tener cabida tal afirmación, por más atractiva que la quieran hacer escuchar.
Repetir tal afirmación -que la gran mayoría de medios de comunicación ha venido diciendo respecto de que el muralista irapuatense sea “El último eslabón del Muralismo”- es además de aventurado una falta de respeto al basto mundo del arte y una transmisión de equivocaciones a la audiencia. Veamos por qué.

Primeramente Salvador Almaraz si bien es cierto que ha sido un pintor de murales de alto nivel, -internacional incluso-, y de que es un artista plástico guanajuatense connotado y quizá también el más destacado, por otro lado tenemos que no puede en modo alguno ser “El último eslabón”.

Dicho de una manera figurativa tenemos que una cadena se compone de varios eslabones y si lo trasladamos al muralismo estaríamos hablando de que los muralistas son precisamente los eslabones, pero ninguno de ellos puede ser el que esté sujetando al muralismo mismo ni que de otros “eslabones” se “cuelgue” él; nadie, por grande que sea en el mundo del arte puede soportar tal compromiso, ni puede estar condicionada la existencia del muralismo a un hombre por talentoso que sea en esa disciplina. De ahí que ni el mismo Almaraz se autodenomine, ni está de acuerdo con el injusto mote que le han querido imponer como “El último eslabón…”

Más aún, ¿acaso se podría decir sin cometer una gran equivocación que Cassius Clay Mohamed Alí haya sido El último eslabón del boxeo… o que Hugo Sánchez, El último eslabón del futbol; o Fernando Valenzuela El último eslabón del basebol. Suena estúpido, ¿no? ya que ni con el deceso de Mohamed Alí se corta la cadena del boxeo, ni con el retiro de Hugo Sánchez el del futbol; ni con faltar Fernando Valenzuela el del basebol. Pues de ninguno de ellos dependió jamás la actividad o disciplina o deporte en que destacaron y nunca fueron sus “únicos eslabones o sujetadores” de sus respectivas actividades de los cuales “colgaran otros tantos eslabones”. Así mucho menos podemos afirmar que Almaraz sea El último eslabón del Muralismo, pues con sentido común podemos afirmar que el día que llegare a faltar Almaraz la cadena del Muralismo continuará con los actuales pintores muralistas que le sobrevivan.

El muralismo es universal y siempre tendrá “eslabones” sujetos a él; nunca terminará. Mientras haya un hombre artista dibujando sobre muros, el muralismo seguirá teniendo actualidad. No puede quedar su existencia merced de una sola persona, en este caso como indebidamente han tratado hacer creer que sea Salvador Almaraz. Decir lo contrario es una irresponsabilidad grande, aunque tiene una explicación: la falta de sentido común entre algunos reporteros que lo han divulgado con ignorancia mayúscula, y que por consecuencia muchos de sus oyentes o lectores han quedado atrapados en el error por un periodismo que desinforma a la sociedad.

Pero las cosas deben tomarse de quien vienen y de donde proceden. Sabe Dios quién sería el primero que lo dijo: “Salvador Almaraz es “El último eslabón del Muralismo”, ¡vaya torpeza! cometiendo así un grande y grave error además de una ofensa hacia las decenas y decenas de jóvenes que se dedican al muralismo porque son ellos verdaderamente los continuadores de tal arte; valdría bien decir que son los actuales “eslabones” del muralismo.

Con y sin Almaraz el Muralismo jamás carecerá de “eslabones”. El muralismo, no es el muralista y por ello es que no puede afirmarse sin cometer grande error que el maestro Salvador Almaraz sea el último eslabón, -incluso ni él mismo se ha echado a cuestas tal compromiso-, él niega serlo, pues sensato como lo es, prudente y sencillo como siempre se ha caracterizado en las múltiples y extensas entrevistas en que se le ha cuestionado al respecto, solamente ha dicho en todo caso ser: “el último muralista de una generación”, sí, la de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, mas nunca ha afirmado el disparate ya mencionado de ser “El último eslabón…”

El maestro no se presta a equívocos ni se expone al ridículo, por eso, tratar de imponerle un pseudónimo que nadie puede merecer, como lo han hecho algunos reporteros es tratar de imponerle injustamente el peso enorme de la ignorancia y que deberían aclarar quienes así lo han asegurado.

Tratar de sostener el equívoco ya referido, o seguirles el juego, sería sinónimo de que al momento mismo en que llegare a faltar Salvador Almaraz a quien han querido imponer el mote ya referido, significaría que ya no habrían otros tantos “eslabones o sujetadores” y por consecuencia el mismísimo muralismo habría llegado a su fin al no estar ya presente Almaraz. ¡Vaya incongruencia y error superlativo, en el que desafortunadamente muchos medios los replican mostrando así tremenda ignorancia supina! Dónde dejan por ejemplo a otros talentosos muralistas mexicanos actuales como el talentosísimo Jazzamoart, Saner (Edgar Flores), Sego y Obval (Carlos Alanis) Jorge Tellaeche, Seher One, Paula Victoria, Sergio Navajas, Smithe One, Totoi (Carlos Alberto Semerena Núñez)

Sin duda alguna esta situación obedece en gran medida a que una parte de un periodismo iletrado y barato ha buscado sistemáticamente espectacularidad en sus frases, porque un cosa es que “suene bonito” eso de: “El último eslabón del Muralismo” y otra muy distinta es que sean responsables y objetivos en la comunicación. Por tanto, Salvador Almaraz no es “El último eslabón del Muralismo… y nadie lo será, pues por sentido común, nadie puede serlo.