Miguel Ángel Ponce Alcántara* / Cadena 8 Noticias
Vía Facebook
Fuí militante del PRI del 2000 al 2020, hasta que el grupo «Alito» comenzó a rasurar y empujar fuera a todos quienes discrepamos de ellos.
En esos años aprendí grandes lecciones políticas y de vida, hice formidables amistades, desempeñé tareas partidistas y entendí que es una fuerza indispensable en el sistema político mexicano.
Hoy desde la óptica ciudadana lo he visto mermarse y disminuirse. Aunque vive una crisis severa (la más de su historia) estoy convencido que puede aún recuperar muchos espacios y fuerza, porque sé de su solidez, de su historia, de sus cuadros y porque la politica simplemente así es.
Sin embargo dudo seriamente que pueda sobrevivir a las pretensiones centralistas y de perpetuidad de su hoy Presidente Alejandro Moreno Cárdenas, quien debió desde hace mucho dignamente presentar su renuncia ante el colosal fracaso de su dirigencia.
La Asamblea Nacional que hoy celebra ha dilapidado la urgente necesidad de un efectivo diagnóstico y replanteamiento ideológico, operativo y político priorizando por avaricia y torpeza de su dirigencia la pretensión de convertir al PRI en un partido pequeño y patrimonial, manejado por una cúpula reducida y perpetúa, satelite del régimen (como el PT, el Verde o MC).
Confío en que los Delegados, militantes y simpatizantes en general pongan por delante el amor al Partido, el principio de NO REELECCIÓN, pero sobre todo la necesidad de restaurar un sistema de partidos fuerte, democrático, diverso y competitivo en un país donde el populismo compró la democracia con un plato de lentejas.
Aún están a tiempo, última llamada.
* Miguel Ángel Ponce Alcántara / Analista político